7 Estrategias para enseñarle a los hijos a ser felices y emocionalmente fuertes

   

La felicidad es un aprendizaje como cualquier otro, pues en gran medida depende de nuestra actitud y voluntad para alcanzarla. No es como se suele pensar que está sujeta a factores externos. Así que podemos hacer de la felicidad una «asignatura» más en nuestras familias. 

Antes que nada, hay que tener presente que para educar a los hijos en la felicidad, es importante propiciar un ambiente positivo y alegre, no olvidemos que los niños son como «esponjas» que absorben el clima emocional que los rodea. Por consiguiente, los padres debemos manejar de la mejor manera nuestro estrés laboral, las situaciones complicadas que pudieran surgir y los problemas matrimoniales que se presenten en el camino. Lograr esto es complicado pero se puede lograr con amor y constancia. 

«Manos a la obra» 

Hay que enseñarles a los hijos a disfrutar de las pequeñas cosas que nos da la vida, de esas situaciones sencillas pero enriquecedoras que nos llenan de aprendizaje. Hay que enseñarles a gozar de la naturaleza, de la vida. Hay que volcar la mirada hacia el tablero blanco sin detenerse en el minúsculo punto negro. A continuaciones algunas estrategias para educar a nuestro hijos en ser felices, positivos, y emocionalmente fuertes: 

1. Invitar a los hijos a que valoren la vida con sus días de color y sus días grises, poniendo una actitud positiva y sacando provecho de las situaciones difíciles. Es importante enseñarles que aún en las adversidades, siempre hay cosas positivas que rescatar. Siempre se aprende.

2. Enfatizar en realizar adecuadamente los procesos, más allá de los resultados obtenidos. Hacerle énfasis en el esfuerzo y la perseverancia. Dejarles claro que la vida tiene subidas y bajadas y que siempre se debe de perseverar. Retroceder nunca!

3. La gratitud es una de las vías que conducen a la felicidad. Es importante enseñarles a los hijos a agradecer todo lo que reciben y que por momentos se les hacen invisibles: los alimentos, la familia, los amigos, la posibilidad de estudiar, de compartir con otros, de aprender, de respirar… Para fomentar este valor, se aconseja que los hijos observen las experiencias de personas con menores posibilidades y que perciban que, pese a todos los problemas, siempre hay felicidad, alegría y agradecimiento.

4. La autoestima es otro elemento determinante para ser feliz. Educar a los hijos bajo el amor, la autoridad asertiva, la seguridad en ellos mismos y la auto aceptación, serán primordiales en esta misión.

5. Brindarles las herramientas para que sepan afrontar sus propios retos, dejando que sean ellos mismos quienes resuelvan sus problemas y cumplan con sus responsabilidades. Cada edad tiene sus desafíos. También es importante dejar que se equivoquen y que desarrollen la capacidad de tolerar frustraciones.

6. Proveer un ambiente alegre y optimista, en el que diariamente haya espacio para el juego, las risas y el humor. Esto ayudará a acercar al padre y al hijo y a reforzar la seguridad de ambos.

7. El sentirse amado es otra de las fuentes de la felicidad. Los padres deben expresar el amor a sus hijos a través de gestos cariñosos como abrazos, besos, caricias… tanto a las hijas como a los hijos varones.

Está claro que para lograr que los hijos sean alegres y optimistas, los padres deben poner toda su voluntad, y cuanto más temprano comiencen esta labor, mucho mejor. Igualmente, no se debe bajar la guardia a medida que los hijos crecen; la adolescencia es cuando los hijos más nos necesitan ya que enfrentarán nuevos retos y definirán su vida adulta.

Publicado originalmente por LaFamilia.info

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